viernes, 24 de septiembre de 2010

La segunda tentación.

Mateo, 4: 1-11.

"La segunda tentación es 'Si eres Hijo de Dios, échate aquí abajo, para que, viéndote volar los hombres, te adoren'. Es decir: 'Emplea tus facultades religiosas para conseguir prestigio y poder; para ser conocido, aclamado, obedecido, venerado; para brillar entre los hombres y los pueblos. Si la religión no es reverenciada, si no es obedecida, de poco sirve. ¿Acaso buscas tu propia gloria en eso? Buscas la gloria de Dios, la gloria de la Iglesia, el buen nombre de tu Orden, de tu convento; buscas la honra del Clero, de la Curia, del Pontificado. ¡Muéstrate al mundo! [como dirán después a Cristo sus parientes y amigos]. ¡Asombra a las masas! ¡Haz bajar fuego del cielo! ¡Haz un signo en las nubes! ¡Ven, que queremos coronarte como nuestro Rey!'

El exceso de pompas, aunque sean religiosas; de ceremonias, de exterioridades, de propaganda, como dirían hoy; la excesiva obsecuencia a la ciencia y sus artilugios, el apego a los instrumentos temporales pesados, el aseglaramiento y amundanamiento de la actividad religiosa, la burocracia eclesiástica excesiva e inerte, los sacerdotes funcionales y no carismáticos, la agitación y el sacramentalismo, en lugar de la contemplación; en suma, lo que llamaba Péguy "el descenso de la mística a la política", constituye en la Iglesia el fermentum phariseorum, que hincha y desvanece la masa, y constituye la segunda tentación.

La primera tentación fue humana; la segunda, farisaica; la tercera es satánica."

(Leonardo Castellani, Cristo ¿Vuelve o no vuelve?).

Nota: La cursiva es del autor (o de la obra de la que se ha recogido el texto). La negrita es del autor de la bitácora.

4 comentarios:

Conrad López dijo...

Castellani, siempre incisivo y siempre clarividente. Gracias por la cita, que trae a colación certezas seguramente más visibles hoy que en su tiempo.

Anónimo dijo...

Una reflexión muy interesante, aunque tampoco sabría decir hasta qué punto la pompa y el boato de las ceremonias religiosas podrían contribuir al fortalecimiento de la Fe y la Piedad. Mucha gente se ha mostrado conforme y receptiva a la recuperación de la misa tridentina, aunque también hay que reconocer que muchos de esos lo han hecho por simple nostalgia o pura vanidad y ostentación. Pero lo que sí es acertado es apuntar el "aseglaramiento", la agitación y el sacramentalismo (supongo que entendido como la práctica de los sacramentos como rutina y sin pensar en su trascendencia). La Religión, los Sacerdotes y Religiosos/as deben mantener su papel de nexos entre lo humano y lo divino, pues no por centrarse más en lo humano harán que el mundo se centre en lo divino (al revés, se centrarán ellos más en lo humano y olvidarán lo divino como bien indica el texto).

Un cordial saludo.

Orisson dijo...

Y digo más, Pfunes: entre los asistentes a la Misa tridentina los hay, y no pocos, que son turistas religiosos: van porque es bonita. Punto. Y eso no es serio.

Un saludo

Museros dijo...

De nada, Seneka.

Pfunes:

A mí lo que más me ha llamado la atención, no sólo ha sido la tentación de la pompa y el boato, sino más bien lo de mostrarse a las multitudes, impresionar a las masas y demás (creyendo que se hace por el bien de la Iglesia y del Pontificado).

Castellani escribió esto cuando aún no había televisión y los Papas tenían la costumbre de abandonar el Vaticano (no digamos Italia) con poca frecuencia, y los viajes en avión eran mucho más infrecuentes que ahora.

Orisson:

Es verdad que no es serio que entre gente a una Misa para admirar la belleza del rito, teniendo en cuenta que se celebra algo mucho más importante, como es la Eucaristía.

Pero fíjate que, mientras hay ritos que atraen incluso a turistas despistados, otros han vaciado las iglesias, no ya de turistas, sino de feligreses.

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