miércoles, 10 de noviembre de 2010

Usted no sabe con quién está hablando.

La Basílica sepulcral y la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos se encuentran, según la web de Patrimonio Nacional, entre los "monumentos y museos" administrados por este organismo público.

¿Y a qué se dedica este organismo público llamado "Patrimonio Nacional"? A (cito textualmente) custodiar los bienes titularidad del Estado afectados al uso y servicio del Rey y de los miembros de la Real Familia.

Y (corríjanme si me equivoco), eso no significa otra cosa más que lo siguiente: que la Basílica Sepulcral y la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos tienen, según la legislación vigente en España, un dueño: papá Estado (y en la web de Patrimonio Nacional, como habrán podido comprobar, hay una foto -algo pequeña, es cierto- de los amos reales -en más de un sentido- de la Basílica).

Así que, nos guste o no (que a mí, al igual que a ustedes, tampoco me gusta), según la legislación vigente, es papá Estado el que decide cuándo, cómo y para qué se utilizan, los bienes cuya titularidad ostenta (la Basílica del Valle de los Caídos, entre ellos). ¿Y cuáles son los objetivos de papá Estado respecto a los bienes administrados por Patrimonio Nacional, y cuya titularidad ostenta? Pues (vuelvo a citar textualmente):

1- Poner a disposición de todos los ciudadanos uno de los conjuntos culturales más importantes de Europa.

2- Conservar y restaurar sus bienes históricos muebles e inmuebles.

3- Preservar y respetar el medio ambiente, flora y fauna de los bosques y jardines que administra.

Así que, en lo que respecta al Valle de los Caídos, papá Estado puede tirar de cualquiera de estos tres puntos para impedir la entrada al recinto y/o la celebración de Misas cuando desee y como desee. Puede dar como excusa que la Misa impide "poner a disposición de todos los ciudadanos uno de los conjuntos culturales más importantes de Europa". Puede cargarse las partes que quiera de la Basílica y de las maravillosas estatuas que la coronan (que, recordémoslo, según la ley, son suyas) con el pretexto de "conservar y restaurar". Y, si papá Estado tiene ganas de echar sal en la herida (y necesita distraer al personal de algún asunto grave que no ha conseguido ocultar), puede derribar la cruz que hay en lo alto de Cuelgamuros aludiendo al peligro que representa para el vuelo de alguna especie de avutarda cuyas cagarrutas, casualmente, acaban de aparecer al pie de la misma (imagino que todos recuerdan el episodio de los providenciales excrementos, presuntamente de lince y que resultaron ser de gato, que sirvieron de pretexto para paralizar la construcción de una autopista no lejos de allí).

Hasta ahora, los monjes benedictinos habían podido celebrar Misas en el interior de la Basílica a las horas anunciadas, porque papá Estado, en su graciosa magnanimidad, así lo había concedido. Pero cuando a papá Estado le ha dado la real (o Real, quién sabe...) gana, el recinto se ha cerrado a cal y canto a una hora a la que se había previsto la celebración de una Misa en su interior (una forma como otra cualquiera, imagina uno, de hacerle una butifarra al Santo Padre, aprovechando que el Tíber pasaba - este fin de semana- por Barcelona y Santiago).

"¡Oiga, es que no nos han permitido celebrar Misa!".

Perdone, amigo, que le paso con Papá Estado (PE):

PE: Falso. La Misa se celebró, como muestran las imágenes que han circulado en los medios de comunicación y por internet. Ancha es Castilla, ¿o no?.

"¡Sí, pero es que no nos permitieron celebrarla en el interior de la Basílica!".

PE: Bueno. Es que la Basílica esa es mía, y yo digo qué se puede hacer ahí y qué no, y cuándo y cómo. ¿Algún problema?. Para mí, es como si te cabreas porque no permito celebrar Misas en el interior del Museo del Prado o en una comisaría de Policía.

"¡Pero eso es una Basílica consagrada a Dios!"

PE: ¿Lo cuálo qué?. Espera un momento, que voy a revisar a velocidad supersónica todas las leyes ésas que vosotros os habéis dado a vosotros mismos y que tanto te gustan (y que tanto insistes, cuando te interesa, en que son "la base de la convivencia" y que deben ser cumplidas porque os las habéis dado a vosotros mismos y blablablá). Mmmmm...¿Dios? ¿Quién es? No sale por ninguna parte en la legislación vigente en España.

"¡Te vas a enterar! ¡Esto es un atentado contra la libertad religiosa!. Se lo voy a contar a Mamá Constitución - que soy patriota constitucional- y te vas a caer con todo el equipo!"

PE:
¿Mamá Constitución?. Espera, vamos a preguntarle...¡Mamá Constitución (MC), pásate por aquí!

MC: Muy buenos días a todos, y saludos cordiales.

PE: Que dice Juanito Apañó, que tanto te quiere y que tanta devoción te profesa, que me vas a echar la bronca y me vas a hacer mucha pupita en el diodenarl porque he cometido algo que se llama "atentado contra la libertad religiosa".

MC: ¿Tú, Papá Estado? ¡Pero si eso es imposible! Tú no puedes cometer atentados de ésos contra la libertad religiosa. Eso, según mi texto, imposible (jurídicamente hablando, claro).

PE: Pues explícaselo a Juanito Apañó, que habla mucho de tí, pero, por lo que veo, no te conoce en absoluto. Por cierto, ¿tú tienes el gusto de conocer a un tal "Dios"?.

MC: Pues la verdad es que no, Papá Estado. En mi texto, no sale por ninguna parte. Bueno, a lo que íbamos; verás, Juanito Apañó, según mi artículo 16, tienes garantizada la libertad ideológica, religiosa y de culto, sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley.

JA: "¡Ajajá! ¡Te pillé! ¿Has visto? ¡Nadie alteró el orden público, ni tenía la más mínima intención de alterarlo! ¡Mamá Constitución te obliga, Papá Estado, a poner a mi disposición la Basílica! ¡Es mi derecho a la libertad religiosa y de culto! ¡Ya estás soltando la llave de la Basílica, que por estos riscos hace un frío que pela en Noviembre!.

PE: Error, querido Juanito Apañó. Tú tienes "libertad religiosa y libertad de culto" (y te repito que la prueba está en que la Misa se celebró), pero, como habrás podido comprobar, en ninguna parte del artículo 16 de Mamá Constitución dice que yo tenga que poner a tu disposición ninguno de los bienes cuya titularidad ostento -por mucho que tú los llames "templos consagrados a Dios"- para ejercer dicha "libertad religiosa" cuando tú quieras. Siendo yo el titular, los pondré a tu disposición cuando yo quiera. ¿Captas la diferencia?. Además, según Mamá Constitución (a la que tú mismo acabas de aludir -como siempre- como máxima autoridad a la que someterse) utilizando el comodín del llamado "mantenimiento del orden público", puedo prohibir cualquier celebración religiosa que me dé la gana, cuando me dé la gana y dónde me dé la gana.

JA: ¡Pero si sólo somos un grupo de gente formalita y bien vestida! ¿Quién va a alterar el orden público?.

PE:
Bueno, Juanito Apañó, es que el que decide qué significa y qué no significa "alterar el orden público", o cuándo es previsible que ocurra eso que yo llamo "alteración de orden público", soy yo, no tú. Por ejemplo, para mí matar quince niños en una mañana en un abortorio no es "alterar el orden público". Gritar (o la más mínima sospecha de alguien pueda gritar)"¡Viva España!" cuando no hay ningún acontecimiento deportivo de por medio, sí. Y gritar "¡Viva Cristo Rey!", ni te cuento. ¡Ah, por cierto!, el rey que -según las leyes que vosotros os habéis dado a vosotros mismos- tiene el privilegio del uso y disfrute de todos los bienes gestionados por Patrimonio Nacional -incluyendo esta Basílica- se llama Juan Carlos, no Jesucristo. Por si habías pensado otra cosa, aunque dudo mucho que la hayas llegado a pensar siquiera, siendo como eres un "patriota constitucional".

JA: ¡Esto no tiene nada que ver con lo que yo me había imaginado!.

PE:
Ya lo sé, Juanito Apañó, pero es que tienes la costumbre de votar o firmar textos que no te has leído y cuyo contenido desconoces, o no te has parado a analizar seriamente (aunque luego los menciones como si supieras de lo que hablas), y luego te llevas estas sorpresas. Por cierto, ¿qué tal la hipoteca?.

7 comentarios:

Joaco dijo...

Creo, me temo, que tienes toda la razón. El domingo pasado el único grito "subversivo" que se dio tras la misa efectivamente celebrada vue ¡Viva el Papa! (no sé si multaron o encarcelaron al autor: no me consta). Ya veremos qué pasa en sucesivos domingos. Yo creo que seguiré asistiendo a la misa en el pinar de la entrada, por acompañar a los ejemplares y acosados monjes benedictinos.

Anónimo dijo...

¡¡Bordado, bordado!! enviáselo a alguno de esos hatos de papel para el excusado que se dan en llamar periódicos tradicionales, a ver si te lo publican y te llevas (nos llevamos) una alegría.

Maldita Constitución.

Museros dijo...

Joaco:

Pasará, desde luego, lo que papá Estado quiera (bueno, pasará lo que Dios quiera, pero ya me entiendes...).

Lo que pasa es que veo mucha confusión, porque se habla como si la Basílica fuese propiedad de una orden religiosa, y la realidad es que la Basílica (según la legislación vigente) es propiedad del Estado.

Hipostasis:

Gracias por la sugerencia. De llevarla a cabo, sería más probable (aunque poquito, desde luego) que saliese en los medios afines al gobierno (por aquello del "mira qué barbaridades dicen los fachas"), que en los afines al PP, interesadísimos, como siempre, en salvarle la cara a la constitución anticatólica del 78 y al (des)orden legal vigente a base de insistir en que lo que ha hecho el gobierno es "anticonstitucional" e "ilegal".

Y lo que ha hecho el gobierno, desde luego, es una cacicada. Pero no es "anticonstitucional" ni tampoco (por mucho que nos gustase lo contrario) ilegal. La Basílica es suya puede abrirla y cerrarla cuando le dé la gana sin vulnerar ley alguna.

Lo que pasa es que muchos españoles (también muchos críticos con el régimen político actual) siguen viviendo en el País de las Maravillas, y dan por sentado que, en la España de la constitución del 78, para perpetrar una cacicada o cometer una tropelía, es necesario vulnerar alguna ley. Y la realidad, como ya digo, es otra.

Ahí los tenemos: pidiéndole al gobierno que haga lo que ya hace: garantizar la libertad de culto amparada por la constitución (que no es lo mismo que "garantizar la libertad de culto"). Y la libertad de culto amparada por la constitución anticatólica del 78 está supeditada a la voluntad del gobierno (o sea, que no es tal libertad, ni mucho menos), que sólo necesita aludir al "mantenimiento del orden público" para hacer lo que le dé la gana.

Conrad López dijo...

¡Oh, vamos! ¡No seas tan negativo!

Todavía no han exclaustrado a los monjes, ni parece que tengan intención de hacerles jurar lealtad a la diosa Razón. Eres un tiquismiquis.

Anónimo dijo...

Y la lástima es que Sanidad aún no administre gratis la "píldora de los 40 años después" para la "señá" Constitución.

Tampoco serviría de mucho desinfectar el parlamento a lo Guy Fawkes: las cucas siempre sobreviven a esas purificaciones... a lo mejor si ponemos un crucifijo a la entrada lo consideran territorio impuro y no vuelven a darnos la barrila. Por probar...

Gonzalo GY dijo...

Yo lo que haría si viviera en Madrid, o mejor todavía, en la provincia de Ávila, sería otra cosa...

(Yo ya entré por ahí una vez, creo que recordaría el camino)

Anónimo dijo...

Mejor por La Jarosa.

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