Casi me da un soponcio esta mañana cuando, buceando por internet, me entero que Zapatero nos ha declarado a todos divorciados latae sententiae. Todavía no sé si contarle a mi legítima -perdón, a mi ex, que aún no me he acostumbrado a mi nuevo estado civil- la inesperada noticia, o fingir que aquí no ha pasado nada y que seguimos siendo marido y mujer, por la cuenta (corriente) que me trae.
Semejante bombazo informativo fue anunciado ayer en un programa de la cadena Intereconomía llamado "Lágrimas en la lluvia", presentado por Juan Manuel de Prada y que sigue el conocido formato que popularizase José Luis Balbín con "La Clave": película y tertulia.
Los tertulianos, según cuenta religionenlibertad.com, se dedicaron también a cuestionar y señalar las malignas consecuencias de la ley que permite el llamado "divorcio express", y que ha incrementado de forma meteórica el número de matrimonios que, al final, resultaron no serlo tanto como se pensaba.
Lo llamativo del asunto es que, en ningún momento se ha cuestionado que el divorcio (que fue legalizado en 1981 por el partido al que votaba la derecha biempensante por aquel entonces, la UCD) deba prohibirse. Parece ser que lo malo no es divorciarse, sino divorciarse a toda pastilla, ya que el divorcio, por lo que se ve, no es rechazable si se prepara al "baño maría", pero resulta deleznable si se cuece en un pispás en el microondas.
A mí esto me plantea un serio interrogante: si el divorcio debe estar permitido, será que no es tan malo. Y, si no es tan malo, ¿qué problema habría en facilitarlo todo lo posible?.
O lo uno, o lo otro. Digo yo.
Aunque, a estas alturas, ya sabemos la respuesta: El debate no era (ni es) "divorcio sí o divorcio no". Como siempre.
Los aguerridos y aguirreados votantes del PP, amantes de los platos cocinados a fuego lento (hasta que prueben los recalentados al microondas, ya verán), amenazan con exigir a Rajoy (después de votarle, como está mandado) derogar la llamada "ley del divorcio express", para poder divorciarse despacito, que es lo que hace la gente de buena familia (y los quieroynopuedo que pretenden pasar por tal).
Sin embargo, la conducta de la llamada "derecha sociológica" ya la conocemos todos de sobra: exigir mucho y conformarse con nada (que lo suyo es proponer sin imponer).
Mientras tanto, monseñor nos recuerda que en España es más fácil divorciarse del cónyuge que de la compañía telefónica (aunque no me queda muy claro si lo que critica es lo rápido que se divorcia la gente o lo mucho que tardan en darte de baja los de Movistar). Lo que no ha dicho monseñor es que, para muchos españoles, es infinitamente más fácil divorciarse de la compañía telefónica que del partido al que votan fielmente (iba a decir "religiosamente", pero no quiero herir la sensibilidad aconfesional de nadie).
Pregúntenle a monseñor, si no me creen: seguro que ha cambiado ya varias veces de compañía telefónica.
Mi padre (que en Gloria esté) solía describir a la perfección la verdadera naturaleza de las cosas (al parecer, no del todo conocida para los sesudos tertulianos del toro azul gaviota) con una frase de lo más expresivo y elocuente, y que aún suele ser repetida y recordada con alborozo y cierta frecuencia en las conversaciones familiares:
"Casarse, se casa uno una vez en la vida. Todo lo demás, lo llamen como lo llamen, es arrejuntarse".
Se pongan como se pongan Sus Altezas Reales.
PS: Empiezo a tenerle fobia a los neopalabros acabados en -fobia. ¿Ustedes no?.
SOBRE "EL KIT."
Hace 6 días