No se alarmen. Esto no es más que la conocida y deseada "autorregulación del mercado".
Efectivamente, y como todos sabemos, la "ley de la oferta y la demanda" no sólo es sagrada e irrebatible, sino que supone una perfecta e infalible explicación de todo suceso que acontece a nuestro alrededor (salvo cuando nadie nos quiere comprar lo que queremos vender al precio al que lo queremos vender, en cuyo caso ya no habrá "ley de oferta y demanda", sino que la culpa será de "los especuladores", "los mercados", "los bancos, que ya no dan crédito" o "elgobiernosocialista").
Es decir: si la gente rebusca, libremente y sin que nadie le obligue, en la basura para comer (o para lo que sea), no es porque pase penurias ni necesidades, sino porque algo bueno debe tener la basura para que cada vez más gente la prefiera a la comida limpia, fresca y envasada que venden las tiendas y supermercados.
Tiendas y supermercados que, de persistir con sus viejas y caducas costumbres de añorar tiempos pasados, negándose a vender comida sucia y podrida, despreciarán a un target de posibles clientes que, como puede comprobarse, es cada vez mayor (¡que estamos en el Siglo XXI, por favor!).
Claro que, quizás la culpa sea del gobierno actual, que mantiene absurdas normas que coartan la libertad de empresa, como la prohibición de vender comida en mal estado. ¡Quién sabe cuántos puestos de trabajo se están perdiendo, o dejan de crearse, porque las cadenas de alimentación no pueden vender este tipo de productos! (cada vez más demandados por la población, repetimos).
¡Ah! Y hoy, liga de fútbol...Si es que en España, como en ningún sitio, oye...
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