De unos días a esta parte, pulula por la red el retrato de un corazoncito blanco con gesto triste y un crespón negro encima.
La razón es la entrada en vigor de la llamada "ley Aído". Estos días, además, se ven por todos lados ejemplos de la ingeniería social de los que critican a Zapatero, que consiste, entre otras cosas, en hablar y expresarse como si en España el aborto libre (con la firma de un psiquiatra a tanto el documento) e impune no llevase en vigor 25 años. Lo cierto es que los oye uno hablar y parece como si en España se hubiese empezado a abortar el 5 de Julio del 2010.
Pero volviendo al corazoncito blanco entristecido, cabría pensar que se siente triste por el aborto.
Lo cierto es que el corazoncito blanco lleva ya año y medio largo paseando por las calles de España. Durante todo ese tiempo, han sido asesinados mediante el aborto quirúrgico (tirando por lo bajo) unos 150.000 inocentes. Y más o menos el triple de esa cantidad mediante el aborto químico.
Sin embargo, el corazoncito ha estado sonriendo todo este tiempo.
Así que no me vengas, corazoncito, con el cuento de que, ahora, estás muy triste por el aborto. Por lo que a mí respecta, puedes meterte el crespón negro por la mismísima válvula mitral (y aclaro que lo de "mitral" puede interpretarse no sólo en el sentido anatómico del término).
Porque todo lo que se ve en tu electrocardiograma es un marcapasos con las siglas "PP".
Y en cuanto aparezcan Doña Esperanza o don Jaime (bueno, el que va a Bruselas el lunes y vuelve el jueves, también; pero me refería más bien a éste) volverás a dar saltos de alegría, como los niños en los bautizos de antaño, cuando le pedían al padrino que tirase caramelos y pesetas.
PS: No se molesten en buscar, en las webs para "ciudadanos activos", las noticias sobre cómo el gobierno de la Comunidad de Madrid permite al abortorio Isadora siga abierto cuando debería llevar cerrado medio año, o cómo Esperanza Aguirre exige al Hospital Gómez Ulla que practique todo tipo de abortos para formar parte de la red de hospitales públicos de Madrid. Estas noticias no interesaban y no han sido publicadas.
SOBRE HOY, 20-N.
Hace 2 días
3 comentarios:
El caso es que a partir de esta nueva ley, los españoles hipócritas no podrán decir que el aborto es un "delito despenalizado", sino un "derecho".
Lo que les duele es que se les cayó la máscara de hipocresía, y no sólo eso, sino que si en el futuro se repenaliza el aborto, ya no será tan fácil que digan: "Es que vamos a establecer una ley que diga que se aplicarán X años de cárcel, aunque no se apliquen".
Sería muy evidente su cinismo.
Ahora, si pretenden luchar legalmente contra el aborto, tendrán que afrontar el reto de la penalización.
"No hay mal que por bien no venga", y algo bueno nos dejó la Ley Aído: el fin de la hipocresía.
Tienes toda la razón, Luigichido.
Las palabras "delito despenalizado" eran, como bien dices, la "máscara de la hipocresía" de muchos.
No rabian contra el aborto libre e indiscriminado, que ya llevaba ahí 25 años, sino contra la retirada de esa máscara que les mantenía anestesiados.
Y también das en el clavo: ahora, legalmente, no queda otra que la repenalización. Quizás por eso empiezan ya los artículos (De Prada, por ejemplo) acerca de la poca importancia que, súbitamente, tiene cambiar leyes (cuando resulta que llevan casi dos años de campaña para que no se apruebe una ley).
Entre los fariseos abundan discursoa ambiguos del tipo:
"Debemos educar en la vida para que la tragedia del embarazo indeseado no se busque solucionarla con la tragedia del aborto".
Imaginemos que la ministra de Igualdad se expresara así de los asesinatos de esposas por sus maridos:
"Debemos enducar en la vida para que la tragedia del matrimonio indeseado no se busque solucionarla con la tragedia del uxoricidio".
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