De sobra conocida por todos es la afición del presidente del gobierno, don Mariano Rajoy, al ciclismo.
Lo que no imaginábamos es que el gobierno español también iba a dar positivo en un control antidoping. Más concretamente, en uno realizado en Bruselas.
Según la agencia Reuters, don Mariano y sus gregarios le habrían metido clembuterol, EPO y hasta varios ceros a la derecha (lógicamente) al déficit público. Un dopaje que permitiría, dentro de un tiempo, sacar las cifras auténticas (ya con el hematocrito rebajado dentro de los límites permitidos por el organismo competente) y presumir de buena gestión y de milagros económicos.
Como el galeno que exagera la gravedad de la situación para luego quedar como un rey cuando el paciente, ya curado del resfriado que creía neumonía, acaba convencido de haber sido atendido por una eminencia de la medicina.
Y es que en España se inflan todos los contadores: hasta el del déficit público, mirushté...
De paso, un déficit exagerado que nos serviría como excusa para hacer lo que queríamos hacer y que es justo lo contrario de lo prometido en campaña electoral: subir impuestos y abaratar el despido, entre otras cosas.
Y echándole la culpa de absolutamente todo, al que se iba (dame pan y llámame tonto, como todos). Aun sabiendo que el grueso del desastre viene de administraciones públicas gobernadas por los propios, no por los extraños.
Pero, ¡qué le vamos a hacer...!. Al PP, sempiterno campeón de Europa de la buena gestión, le ha caído encima la cruz que, al parecer, se ven obligados a soportar todos los campeones españoles: que les tengan manía, tirria y terrible ojeriza, debido a su talento y a sus triunfos sin igual.
SOBRE HOY, 20-N.
Hace 6 días
2 comentarios:
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, que decía mi abuelo.
Lo de las hoces y las teas ardiendo hacia Moncloa ... eso para los griegos...claro.
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