Sé que quizás no es el mejor momento para sugerir esta analogía, porque al "movimiento vasco de liberación nacional" (Aznar dixit) probablemente le quedan dos teleberris, pero ¿qué les parecería que Javier Arzalluz -por ejemplo- saliese mañana y, en una conferencia o en una rueda de prensa, pidiese a ETA que asesinase siempre de un tiro limpio en la nuca [ y con un arma del calibre adecuado, añado tras el pertinente comentario de Ignacio], para que sus víctimas no sufrieran?
¿Dirían que no entienden que se le criticase, porque "al menos", intenta evitar sufrimiento a los que van a morir? ¿Calificarían de "gesto humanitario" asesinar a alguien de forma instantánea y/o indolora mediante un tiro en la nuca? (dicen que la víctima ni siquiera oye el disparo, ya que la velocidad de la bala es superior a la del sonido).
Porque resulta que ETA lleva 50 años asesinando sin dolor -en algunas ocasiones, no en todas-. Y aquí tenemos a los expertos de turno calificando lo que ETA lleva haciendo medio siglo como "gesto humanitario" (toda ingeniería social, incluida la tolerancia al aborto, necesita expertos que justifiquen el encanallamiento de la feliz y sonriente masa social).
Porque, está clarísimo: si no puedo evitar un crimen, por lo menos, evitemos el dolor que produce el crimen.
Y pedir que un crimen se cometa sin dolor no significa justificarlo ni consentirlo, ¿no?.
Pues, hala: doña Natalia, don Nicolás (y corifeos): a felicitar a ETA por sus "gestos humanitarios". Yo diría que ni Alberto Jiménez Becerril ni su señora sintieron dolor cuando les descerrajaron sendos tiros en la cabeza (¡toma "gesto humanitario"!; ya que no se pudo evitar el crimen...). Ni Miguel Ángel Blanco. Es más: los ecuatorianos que murieron cuando se vino abajo el aparcamiento de la T4 estaban durmiendo cuando se produjo el famoso accidente (felicidades de parte de los expertos provida, pues).
Y eso por no enumerar las numerosas víctimas de ETA que, literalmente, saltaron en pedazos cuando explotaron las bombas que las mataron. Al igual que con las balas, si la onda expansiva viajó a más velocidad que el sonido (algo que parece razonable suponer), ni siquiera tuvieron que sentir la dolorosa rotura de tímpanos que debió padecer algún transeúnte.
Sí, bueno, también es cierto que, en muchos atentados de ETA, la víctima ha padecido atroces dolores antes de morir. Pero tengan en cuenta que a los etarras les pasa como a los catedráticos de ética de las universidades católicas: que no son perfectos. Y el que esté libre de pecado, que le tire la primera piedra a los etarras, digo yo...(por cierto: apliquemos a los etarras las frases tópicas que utilizan los del buenismo abortista - "movimiento cívico por la vida", lo llaman ellos- para disculpar a sus queridos políticos centrorreformistas y se entenderá mejor la magnitud del encanallamiento).
Pero esto no es más que otra muestra de la infinita perversión moral (inconsciente, en muchos casos, pero por eso mismo mucho más peligrosa) al que lleva el buenismo malminorista. El mismo buenismo malminorista que presume de saber que los morituri son seres humanos (malos tiempos corren cuando lo obvio debe ser enunciado una y otra vez) mientras, por estrategia (la palabra que lava más blanco que ninguna otra todo el mal que se hace en nombre del bien), regañan a los que cuestionan las leyes que permiten su asesinato. El mismo buenismo canalla y asesino que lleva a millones a felicitar al presidente de la región que encabeza el ranking abortista de España en cuanto a abortos y a incremento de los mismos, cuando afirma ser perfectamente consciente de que el aborto es un asesinato. El mismo buenismo canalla y asesino de los que llaman "luchar contra el aborto" a pagar el aborto y el viaje a las madres para que cometan el parricidio fuera de las fronteras de su región y lejos de la vista de sus votantes. El mismo buenismo canalla y asesino de los que pretenden convocar referéndums en los que las dos opciones permiten el aborto libre y sin restricciones (camuflándolo, eso sí, con la palabra "vida").
El mismo buenismo canalla y asesino de los que, con la sempiterna excusa de ir pasito a pasito, retroceden cada vez más a pasos agigantados, desviando la discusión hacia aspectos cada vez más irrelevantes del asunto y planteando reflexiones que, de darse en otros casos, serían rápidamente condenadas por ser lo que son: un insulto.
Porque si es un insulto siquiera plantear si hubiese sido un mal menor matar a seis millones de judíos, pero llamándolo "delito despenalizado en ciertos supuestos" (o si hubiese merecido la pena discutir sobre ello), no lo es menos hablar de los legalmente asesinados en España como si fuesen, literalmente, animalejos, en cuyo caso no importa tanto si los matan o no, como que se les mate de forma indolora.
Es, al oír palabras como la de la catedrática malminorista, cuando uno entiende a qué se refería Julián Marías cuando habló de la "tolerancia al aborto" como el gran mal que había impregnado la historia del Siglo XX (y hablamos de un siglo que ha conocido los peores males de la historia de la humanidad, por cierto).
Y entiende uno perfectamente, cuando escucha a doña Natalia y a don Nicolás, a qué se refieren los buenistas encanallados cuando te sueltan la frase tópica y típica de "es más lo que nos une que lo que nos separa".
Porque, teniendo en cuenta que en España los terroristas han asesinado de forma indolora desde siempre (haciendo realidad -sin saberlo, imagino- los deseos de los provida), resulta que la frase es literalmente cierta.
Es más lo que les une que lo que les separa, desde luego.
Porque la única diferencia entre un abortista de derechas y uno de izquierdas, es que el de izquierdas sabe que lo es.
Que la ingenería social que se está llevando a cabo a la sombra de la "ley Aído" no la está haciendo Zapatero, sino los que viven a cuerpo de rey y viajan por el mundo criticando a Zapatero.
PS: Y, para colmo, un medio de comunicación "provida" llama "intervención" el aborto (al igual que hacen los abortistas que reconocen serlo). ¿Saben cómo han llamado siempre los medios de comunicación "aberchales" a los atentados de ETA? "Acciones". Les une más de lo que les separa, sin duda.
SOBRE HOY, 20-N.
Hace 2 días
6 comentarios:
Puntualización.
A M.A. Blanco le dispraron,por la nuca,con un calibre 22. Eso se hace porque así no muere instantáneamente sino que sufre enormemente antes de morir.
Es cosas de la bondad, hay que negociar.
Nosotros somos los raros,aqui hay que dejarse llevar por la oleada o prepararse a morir.
¿Ves? Yo tampoco soy perfecto...y el que esté libre de pecado que me tire la primera piedra.
Esto me pasa por decir "Jehová".
Sí señor, muy buen artículo, muy buena comparación. Claro que los señores de la U. de Navarra se olvidan de qué se ha de hacer cuando no llega ni a embrión. Es el argumento que se dio para regular los métodos de sacrificio de animales en el matadero. Claro que cuando se puso de moda la "multiculturalidad" y lo de la comida "halal" de los moros, ya se encargaron de hacer la vista gorda.
El problema es que hasta muchos católicos (sobre todo católicas) ya ven al feto, embrión (y no digamos ya si es sólo un cigoto, mórula o blástula) como una "cosa".
Sigamos con las comparaciones: supongamos que, por ejemplo, alguien va a partirle los morros a Álvaro Zulueta. Va a hacerlo, está convencido e intentar impedírselo es ir contra su libertad y faltar a la caridad. Luego lo razonable no es que Alvarito se calle o se esconda, lo razonable es que Alvarito se fume un porro de a kilo para no sentir el dolor de los golpes.
Insisto, un suponer.
Un saludo
PD: Hola, Alvarito. ¿Qué tal va todo?
Magnifico blog este es un oasis en un desierto intelectual.
Una cuestión curiosa: en días recientes transmitieron un par de videos: en uno, una mujer arroja a la basura a un gatito, y en el otro una chica arroja a unos cachorros de perro al río.
En ambos casos, la gente decía: "tipas brutas; se merecen una paliza las hijas de p...", en tanto que en el caso infanticidio (pues la nueva ley de Guanajuato se fue más allá del aborto y legaliza de hecho el infanticidio) la gente es muy liberal y benévola hasta la complicidad.
Qué absurdo valorar más a los animales que a los humanos.
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