miércoles, 22 de septiembre de 2010

El embudo (II).

El otro día explicábamos en qué consistía el extremo estrecho de ese embudo multimedia conocido como "grupo intereconomía". Hoy queda explicar (aunque quizás ya algún lector lo haya adivinado) en qué consiste el extremo ancho. Un extremo ancho cuya extensión supera lo visto en los medios de comunicación españoles durante mucho tiempo.

Tengo muchos amigos (virtuales, también) que, aun diciéndose escarmentados del PP, están encantados de la vida con Intereconomía. Lo que no acaban de explicarse (confiesan) es por qué Intereconomía, estando (obviamente, según ellos) comprometida con ciertos valores (y no se refieren a la bolsa), apoya, y sigue apoyando, a saco, al PP, partido que, lógicamente, nada tiene que ver con esos valores supuestamente defendidos por este grupo de comunicación.

Lo que ocurre es que muchas veces razonamos al revés, porque la cuestión es la siguiente: Si Intereconomía está tan comprometida con esos "valores", ¿qué hace apoyando al PP?. ¿No será que Intereconomía apoya al PP porque, en realidad, no está comprometida con esos supuestos valores? ¿No será que esos "valores" son esgrimidos cual estandarte agrupador para que todo el que se siente o pueda sentirse identificado con ellos - extremo ancho- pueda ser luego dirigido adecuadamente hacia el voto útil para el PP - extremo estrecho?.

Porque resulta que mis amigos escarmentados del PP hablan de Intereconomía exactamente igual que los votantes peperos de su partido: "Está claro que defienden ciertas cosas, pero no acaban de aclararse, porque acaban poniendo en sus listas electorales/tertulias y programas a gente que va por otro sitio". Qué casualidad, oiga... Familiar esa explicación me resulta, que diría el maestro Yoda.

De hecho, el otro día me llegó una invitación a mi cuenta del Caralibro (muy bueno, Gonzalo) a un grupo llamado (algo así, no recuerdo bien) "Queremos que Intereconomía dé voz a los partidos que defienden la vida".

Sí, claro. Y en Jaén (imagino) habrá un montón de gente que querrá que los olivos den petróleo, no aceitunas.

Porque mis bienintencionados amigos, y los que crean, en el Facebook, grupos como éste, demuestran, para algunas cosas, tener menos memoria que los votantes sociatas y peperos, que ya es decir (por cierto, en la radio sale o salía un nieto de Franco anunciando un producto que supuestamente mejora la memoria; qué ironía...). Olvidan que en una radio llamada Intercontinental, que, aunque emitía en Madrid, podía escucharse a través de internet por toda España había programas en los que sí salían partidos de ésos que "defienden la vida".

Más concretamente dos programas: La Quinta Columna (lunes a viernes, una horita por las tardes) y La Gran Esperanza (dos horas, la tarde de los sábados).

¿Qué fue lo primero -o casi lo primero- que ocurrió cuando el Grupo Intereconomía compró esa radio? Que "los partidos que defienden la vida" (y otras cosas) recibieron, no ya la palmadita en la espalda, sino la patada en el culo.

Y esa patada no se la dio el malvado Juan Luis Cebrián, ni ese adefesio estético e intelectual que responde al nombre de Jaime Roures. Fue el grupo de comunicación presidido por Julio Ariza (el mismo Julio Ariza que llama a los programas de su cadena para nombrar - o confirmar- a dedo a los ganadores de los concursos, dicho sea de paso).

Que no me negarán que es una forma, cuanto menos, curiosa, de "comprometerse" con unas ideas: largar con viento fresco a los que las defienden y promocionar sin recato a los que las atacan.

¿Y cómo ha conseguido Intereconomía que, a pesar de esto, la tengan por una cadena amiga los escarmentados del PP? Pues ampliando el extremo ancho del embudo.

Intereconomía tiene algunos programas donde, de vez en cuando, salen personas y personajes representativos de ese Ponto Euxino al que los Ulises de la democracia liberal denominan "ultraderecha". He oído que ha habido programas monográficos sobre José Antonio Primo de Rivera, y creo que también sobre el Requeté (aunque de esto último no estoy muy seguro). Por sacar, han sacado de esas procelosas aguas (capaces de engullir para siempre a cualquier demócrata desprevenido) hasta al mismísimo Poseidón en persona (léase: don Blas Piñar López), cuya elocuencia y brillantez dejó absolutamente encadilado a un amigo mío, votante de UPyD (ya he perdido la cuenta de las veces que me ha soltado la frase "Si es que tiene razón Blas Piñar cuando dice...").

Últimamente también se le cae la baba a muchos con el telediario de la noche, protagonizado por una pepera (no sé su nombre), por Eduardo García Serrano, a quien todavía algunos definen como falangista (suponiendo que la definición de "falangista" sea "el que le ríe las gracietas a Vidal-Quadras", definición de la que discrepo radicalmente) y por José Javier Esparza, de quien algunos dicen -no sé si con razón o sin ella- que es "próximo al tradicionalismo", que no sé muy bien en qué consiste eso (los hay que dicen que "cercano al pensamiento tradicionalista" es, nada más y nada menos, que don Ignacio Arsuaga, así que saquen conclusiones ustedes mismos).

El caso es que, gracias a todos estos programas (salteados, como el ajillo en un revuelto de setas y gambas), esta cadena recluta simpatías de una base social muy extensa, que abarca incluso ese terreno considerado "a la derecha del PP" -extremo ancho-, y que incluye a mucha gente que hace ya tiempo que se cayó del caballo respecto a ese partido (o que nunca llegó a subirse a ese caballo). Gente a la que luego, en otros programas (de tertulia, preferentemente) y cuando llega el momento, se les muestra, como única alternativa -extremo estrecho-, al PP. Con eso, no conseguirán que todos los que se cayeron del caballo vuelvan a subirse (alguno lo hará), pero consiguen evitar que muchos otros sientan la tentación de abandonar la montura útil ("¿Cómo no voy a votar al PP, por mucho asco que me dé, si me lo piden hasta en la cadena que saca a Blas Piñar y habla de José Antonio?").

¿Y eso es malo? Hombre, claro está que el régimen corre raudo y veloz a cerrar cualquier rendijita que pueda abrirse, pero también tiene su lado bueno: nunca antes había habido que ampliar tanto el lado ancho del embudo para captar simpatías y voluntades y mantenerlas abrevando en el pepebre. Y eso no deja de ser una buena señal. Hace unos años, un timo ideológico como Intereconomía -cuya función, ya digo, es mantener controlada a la ultraderecha mediante una zanahoria atada a un palo- ni siquiera era necesario.

Pero a uno no le deja de dar un poco de repelús que algunos de los que ahora son ninguneados (y, en su momento, defenestrados) por esta cadena, pierdan el oremus por salir unos minutitos semanales en Radio Intereconomía Quinto Pino (eso sí, a condición de no meterse con las organizaciones satélites del PP, que si no se enfada mi obispo, el de zumosol). Aunque, claro, se pregunta uno si realmente es necesario y merece la pena tomarse tantas molestias (y pasar por ciertos aros) para recitar los mismos lugares comunes que ya recitan otros y callar lo mismo que callan todos los demás.

Y, por favor, si van a tomarse el tiempo y la molestia de montar un grupo de Facebook, monten "Quiero que la SER dé voz a los partidos que defienden la vida". Es mucho más probable que se haga realidad tal deseo, aunque sólo fuese por no dejar pasar, en esta cadena, la oportunidad de fastidiar al PP (suponiendo que la SER quiera fastidiar al PP, que ésa es otra...).

14 comentarios:

Maite C dijo...

Estando de acuerdo con lo que dices, denunciando por activa y por pasiva en diferentes foros lo que está pasando, tocando conciencias a peperos incondicionales, amigos inclusive,
me pregunto Museros: ¿como organizarnos para lograr que esos partidos minoritarios que defienden los principios innegociables se unan renunciando al protagonismo propio?

Considero que hay que pasar a la acción, ¿quién se pone al frente y actuamos de una vez por todas para conseguir tener representación parlamentaria, o nos vamos a quedar denunciando y comentando la situación el resto de nuestra vida?.

A ver que opinan todos los amigos virtuales. Sería muy interesante saberlo.

Rafael C. Estremera dijo...

De acuerdo en todo, salvo la catalogación de Eduardo García Serrano.

En Radio Intercontinental -cuando era libre- Eduardo García Serrano hacía el programa de "La quinta columna", y fue el intermediario que consiguió poner en antena "La ballena alegre".

No conozco a Eduardo personalmente, pero sí conozco a quien le conoce y trata. Quizá no sea falangista, como no lo soy yo, por la puñeta de los pedigrís y el falangistómetro. Pero es lo más cercano al Nacionalsindicalismo que se puede encontrar.

En Intereconomía habréis observado que le han ido empujando hacia arriba, poniéndolo en programas cada vez más llamativos de la parrilla, pero quitándole cada vez más la opción de hablar libremente. Es lamentable tener un tío como Eduardo García Serrano, y ponerlo poco más que de relleno en un telediario.

La función asignada es, evidentemente, la que dices: llamar la atención de los que de otra forma no verían esa emisora.

¿Y qué va a hacer Eduardo? ¿Irse al paro? ¿Tenemos que hacer lo mismo los que cobramos de un empresario del PP o del PSOE?

Museros dijo...

Rafael:

Yo tampoco soy falangista. Pero acaba usted de describir mejor que yo lo que ocurre con Eduardo García Serrano: que la cantidad de tiempo que pasa ante la cámara (y el micrófono, de un tiempo a esta parte)es inversamente proporcional a la libertad que tiene para expresar lo que quiera decir.

Desde luego, no tiene sentido alegrarse porque el presentador de un telediario (por ejemplo) sea falangista, si ese presentador se tiene que ceñir a un guión que nada tiene que ver con sus ideas. A eso me refiero.

Maite C:

Por ahora, me "organizo" con este blog (amén de otras cosas), y contando y explicando lo que veo. Pero no puedo "organizar" a los demás, que ya se organizan ellos como quieren.

Eso por ahora. El tiempo dirá.

Manuel dijo...

Certero y esclarecedor anális

Joaco dijo...

Muy bien. Como falangista, me veo en la curiosa situación de coincidir en aspectos importantes de análisis políticos con un no falangista. Conste que soy falangista en cuanto a convicciones, porque no pertenezco actualmente a ningún grupo o partido de "ultraderecha", debido a que el panorama no es ni alentador ni covincente, en lo que hoy hay disponible al respecto. Precisamente por eso, quizás lo mejor que se puede hacer es precisamente denunciar, aclarar, destapar.... y rezar para que algún día "suene la flauta", como pide Maite C.

Gonzalo GY dijo...

La función de García Serrano y Esparza me parecen particularmente tristes en cuanto a que por formación y capacidad los considero muy capaces de transmitir valores reales.

El que hayan "evolucionado" hacia posturas pro peperas y que éstas sean fruto de sus nuevas convicciones, de condiciones aceptadas de sus nuevos jefes, de taparse la nariz por la necesidad de pagar la hipoteca, o estrategias (fatalmente equívocas) malminoristas nacidas de buenas intenciones harto conocidas (ya sabemos, cambiar desde dentro y demás), se me escapa.


Por lo demás, de acuerdo contigo incluso sin caralibro (y gracias, pero no es invento mío).

Maite C dijo...

He hablado de organizarse y moverse en mi comentario, dando por supuesto que el rezar es lo más importante para nosotros.

Así que voy a reafirmarme: lo primero es rezar. Sín Dios a nuestro lado, nada que hacer.

Pero eso no quita que "A Dios rogando y con el mazo dando".

Rafael C. Estremera dijo...

Gonzalo:

No tengo noticia personal de Esparza, y no puedo hablar de él; de Eduardo García Serrano si la tengo, y puedo afirmar que no ha cambiado ninguna convicción.

Tiene que comer y mantener su familia, como todos. Repito mi pregunta final: para ser un buen falangista (o Nacionalsindicalista), ¿hay que irse al paro hasta encontrar un empresario que también lo sea y nos de trabajo?

A Eduardo -aunque ahora lo sigo mucho menos que antes- nunca le he oído alabar al PP; simplemente lo nombra. Lo que no hace es, como antes, cantarle las verdades también a los peperos, porque de hacerlo tendría que irse a la santa calle.

Por otro lado, coincido con lo dicho por Maite C, aún a sabiendas de que no está en nuestras manos hacerlo. Pero sí podemos pedir, para que lo sepa quien lo tenga que saber, que sin una mínima unidad nunca iremos a ningún sitio.

Gonzalo GY dijo...

Rafael, por eso decía que las razones se me escapan y, añado ahora, las dejo escaparse sin entrar a juzgarlas.

hespérides dijo...

Totalmente de acuerdo sobre Intereconomía y su afán por atraerse al votante de valores a las filas peperas. No se olvide que el propio Ariza fue diputado autonómico del PP en Cataluña con Vidal-Quadras y que su TV existe gracias a los gobiernos autonómicos del PP, amén de que es CajaMadrid (en manos peperas) de donde recibe gran parte de su financiación.

Aún recuerdo el programa que dirigía y presentaba el profesor javier Paredes, "De las artes y las letras" donde prácticamente cada domingo participaba Rafael López-Diéguez, scr. gen. de AES. Un buen día desapareció de un plumazo.... estaban cercanas las elecciones. Y lo de radio intercontinental ha sido una puñalada trapera de la peor especie.

De lo que se sigue que no se puede confiar en nigún medio actual, por cercano que parezca o que creamos que está a los valores católicos y patrióticos que profesamos. Hemos de saber luchar solos. Ahora yo me pregunto: ¿No hay en toda España ni un solo empresario católico y español capaz de crear ese medio de comunicación que tanta y tanta falta hace en España? ¿Ni uno solo? Se dice que con dinero se puede llegar casi al fin del mundo, no puedo creerme que no haya un empresario adinerado que no pudiera arrimar el hombro. ¿Es por miedo, por acomodación, aburguesamiento o es que definitivamente esta sociedad no tiene salvación posible?

En cuanto a la acción que pide Maite C estoy totalmente de acuerdo, hemos de despertar a España de su letargo, pero no esperemos ayudas de nadie, hagámoslo nosotros, en casa, en el trabajo, con los amigos, en internet... Por ahora no hay otra.

refractario dijo...

Tienes más razón que un santo, Museros. Lamentablemente son cada vez más los "ultraderechistas" que andan obnubilados con Intereconomía. Parece que les está funcionando la táctica de situar en su parrilla a "ultraderechistas", pero convenientemente domesticados. Lo próximo es el programa de Prada con, al parecer, la presencia del tradicionalista Miguel Ayuso. Veremos qué ocurre. Desde luego, Ariza está demostrando ser un águila para los negocios y un perfecto estratega.

azahar dijo...

No sé a qué se la llama ultraderechista. A mí, en mi ciudad, se me llama como tal y no veo Intereconomía ni voto al PP.

Será por eso.

Lo que comentas, Museros, sobre abrir el ángulo para abarcar más votantes, tienes toda la razón. De hecho, la norma es que la gente se venda al mejor postor -y no precisamente por dinero- sino renunciando a lo peor: a sus principios.

Entonces, para algunos, se nos cierra tanto el círculo que, cuando menos te des cuenta, ya estás fuera.

Así que eres el ultraderechista, el radical, el que no entiende que lo mejor es confundirse con el resto para convencer desde ahí. Y lo que veo es que más que convencer al otro, se acaban convenciendo ellos mismos. ¿Por qué? Pues te dicen que porque no hay nada qué hacer. Que son muchos y, encima, se ofenden.

Por ello, una misma se acaba convenciendo de que mejor que aspirar a lo grande, se empieza por lo pequeño, por lo más cercano. Y desde ahí, hacer el trabajo.

¡Quién sabe!

Museros dijo...

Azahar:

Aclaro que he empleado el término "ultraderechista" para que todos nos entendamos y sepamos de qué hablamos.

He intentado buscar un término que distinguiese claramente a los revolucionarios (derecha e izquierda) de los que no lo son (y que, de paso, no empezase por el prefijo "contra"), pero no se me ha ocurrido ninguno.

La verdad es que lo he usado con cierta ligereza y tranquilidad porque hace tiempo que dejó de molestarme, aunque reconozco que el término "ultraderechista" induce a la confusión. No tanto por lo de "ultra" como por lo de "derechista", que da a entender que su postura es cercana a la "derecha", cuando, en realidad, no pueden estar más alejadas la una de la otra (tanto como de la izquierda o, en algunas cosas, incluso más).

Anónimo dijo...

Yo tengo un buen amigo que escribe en Alba y en la Gaceta. Sin ser tan conocido con García Serrano, es, sin duda uno de esos que ponen como cebo para captar la atención de los buenos españoles.
En cualquier caso, yo le prefiero en Alba, escribiendo sobre lo que le da la gana (más o menos), que cuando estaba en la Razón. Es decir, que, al menos en algunos sitios y momento, gracias a Intereconomía, se pueden oír y leer cosas como Dios manda. Luego, si uno es tan subnormal como para pensar que qué bien habla Blas Piñar, y votar a quienes le persiguieron y atacaronsin tregua, la culpa no será de Intereconomía. Yo, que el único programa de Intereconomía que veo es Punto Pelota cuando trabajo de noche, prefiero que haya una cadena que saque a Blas Piñar, y haga reportajes sobre Yague, Millán Astray, Franco, José Antonio, la defensa del Alcázar, etc, a que no.
Lo caul no quita para que Ariza, Dávila y demás me parezcan basura.
Un saludo

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