El año pasado, por estas fechas, andaba el que escribe enfrascado (entre otras cosas) en discusiones sobre cosas que a uno le parecían de puro sentido común acerca de la manifestación que tuvo lugar, finalmente, el 17 de Octubre del 2009 en Madrid.
Para demostrar que los (sin duda) bienintencionados argumentos de "la otra parte" (aceptados, en muchos casos, también, por colegas "de esta parte"), no cayeron en saco roto en lo que al autor de esta bitácora respecta, procedo a recitarlos casi de carrerilla y de memorieta para recordarles que, si ustedes asistieron a la manifestación del 17 de Octubre en Madrid, deben sumarse a la huelga del 29 de Septiembre.
1- Recibamos al toro a porta gayola (y hasta de espaldas) y comencemos con la artillería pesada. El primer argumento nos lo proporciona don Benigno Blanco, quien afirmó que podía sumarse a la manifestación del año pasado incluso los que estuviesen a favor del aborto, pero quisieran que hubiese menos abortos. ¿Acaso no quieren ustedes que haya menos parados en España? ¿Acaso no quieren ustedes que las pensiones sean más cuantiosas?. Pues pasen por alto las diferencias con los convocantes (como se nos pedía a todos el año pasado) y súmense a la huelga del 29-S.
2- El segundo argumento que se utilizó el año pasado era que uno podía (y debía) sumarse a una manifestación si el lema era correcto y suscribible (el del año pasado era "Por la vida, la mujer y la maternidad" -y seguro que cada uno le daba la interpretación que más le convenía). El lema de la huelga del 29-S es "Por una salida justa y equilibrada de la crisis". ¿A que están todos de acuerdo con él? Pues todos a la huelga el 29-S (y superen su comprensible sarpullido mental haciendo lo mismo que hicieron el año pasado: interpretando el ambiguo lema de la convocatoria a su conveniencia).
3- El tercer argumento que usaron algunos el año pasado para invitar a asistir o para justificar su asistencia al 17-O fue el manifiesto; más concretamente, que el hecho de que el manifiesto de convocatoria no fuese perfecto, o al gusto de todos, o manifiestamente (valga la redundancia) mejorable, eso no impedía sumarse al sarao, siempre y cuando algunas partes del mismo pudiesen ser compartidas.
El manifiesto de convocatoria de la huelga del día 29 puede que presente algunos puntos que sean mejorables (al fin y al cabo, ¿quién es perfecto?) o, directamente, impresentables (todos cometemos errores, no lo olviden), pero recuerden que esa razón no impidió la asistencia de muchos al 17-O. Y es que, al fin y al cabo, ¿cómo no estar de acuerdo con "No al despido más fácil y más barato", "No a la congelación de las pensiones" o "No a los recortes salariales y sociales"?. Dejen ustedes, por tanto, de poner palos en las ruedas de una causa justa como es la lucha contra el paro, y recuerden que, cuando la causa merece la pena, hay que olvidar las diferencias y que lo importante, por encima de todo, es que estemos todos unidos (que no se diga que, por nosotros, el gobierno se salió con la suya). Todos a la huelga, pues, el 29-S.
4- El cuarto argumento, de los empleados el año pasado, es el de los convocantes. Sí, ya sé que los que han organizado la huelga no son perfectos, pero recuerden que todos nos equivocamos y que nadie está a salvo de tener defectos (y el que no los tenga, que tire la primera piedra y todo eso). ¿Que les caen como una patada propinada una cuarta debajo del ombligo? Y a mí también. Pero recuerden que el año pasado, eso mismo debía ser pasado por alto (así se nos decía, y así lo aceptaron muchos) al lado del lema, el manifiesto casi suscribible (aunque imperfecto) y, sobre todo, la justicia de la buena causa por la que se nos llamaba a pasarnos una tarde berreando por el centro de Madrid.
El ambiente, además, no les resultará extraño, puesto que (como siempre que hay revolucionarios de por medio) predominará el color rojo. Y les apuesto lo que quieran a que no faltarán globitos, silbatos y que será una convocatoria "festiva".
5- El quinto argumento es uno novedoso, muy utilizado el año pasado: la manifestación a la carta. Recuerden que el año pasado mucha gente justificó su asistencia al 17-O con una frase que era más o menos así: "Sí, la manifestación es para esto, pero yo voy a ir a esto otro. Lo importante es acudir"; así, cada uno iba a lo que consideraba oportuno: Aznar, porque no le parece mal que las quinceañeras aborten, pero le parecía fatal que lo hagan sin decírselo a papi y mami. De Cospedal, porque, aun no teniendo inconveniente alguno respecto al aborto, sí lo tenía respecto a que se le considerase "un derecho". Otros, porque querían la abolición de todas las leyes que permitan el aborto.
Por ello, independientemente de para qué se haya convocado la huelga, acudan. La huelga será para lo que sea, pero ustedes irán para lo que consideren conveniente (pueden estar de acuerdo en unas cosas con los convocantes y no necesariamente en otras, recuerden). Lo importante es que Zapatero ha hecho algo mal y así hay que hacérselo saber (¿o acaso pretenden ustedes hacer eso tan feo de "hacerle el juego al psoe"?)
6- El sexto argumento esgrimido el año pasado y que hace perentorio e inexcusable sumarse a la huelga del 29-S es que, al fin y al cabo, los convocantes están haciendo algo. ¿Qué están haciendo ustedes contra el paro, aparte de quejarse y de sentarse ante el ordenador a poner a caer de un burro a los convocantes?. ¡Seguro que nada de nada!. Súmense, por ello, a la huelga del 29-S, en la que, además, ni siquiera se les pide que se metan 14 ó 16 horas de autobús. Irónicamente y en este caso, podrán sumarse a la huelga...pasándose el día ante el ordenador, si así lo desean.
7- Y otro argumento que hace obligatorio el sumarse a la huelga del día 29 es que, probablemente (y es de ser malos cristianos y de tener una falta de caridad alarmante siquiera sospechar lo contrario), los que la convocan lo hacen con la mejor intención del mundo. ¿Qué les hace pensar otra cosa?. ¿Lo que dicen algunos?. Puede que sean idioteces de malpensados. Al fin y al cabo, ¿qué prueba impepinable tienen ustedes de que los convocantes del 29S tienen mejores o peores intenciones que los convocantes del 17-O? ¿Es que son ustedes telépatas? Además, recuerden que "no debemos juzgar, que eso corresponde a Dios". Aun así, tengan en cuenta que lo importante es la unidad por una causa justa (la lucha contra el paro, la mejora de las pensiones, etc.).
¡Ah! Y muy mal (para variar) estos señores que publican cotilleos sobre los convocantes antes de la huelga. ¿No había revuelo el año pasado entre unos y otros y, sin embargo, se silenció para no perjudicar la asistencia a la manifestación?. ¿Por qué, entonces, este año, de pronto, la verdad sí es más importante que el éxito de una convocatoria por una causa justa?. Cállense por el bien de la lucha contra el paro hasta después de la huelga, que lo importante es ir cambiando conciencias poco a poco.
Además, piensen en un pequeño detalle: si el año pasado se hubiesen enterado de que el presidente de ese foro o de aquella plataforma estaban en un crucero de todo a cien mientras coordinaban el 17-O, su respuesta, probablemente, hubiese sido:
"¡Cómo trabajan y cómo se sacrifican por la causa! ¡Ni en vacaciones descansan!".
Además, alguno de los convocantes de justísimas iniciativas tiene la costumbre de tuitear, en su blog, sus incesantes viajes "por la vida" y, créanme: deja al mismísimo Willy Fogg a la altura del cangrejo ermitaño.
Y, por último, tengan en cuenta que, cuando los convocantes vuelvan a las andadas dentro de dos días, como aquél que dice, pueden utilizar las mismas excusas que utilizaron el año pasado: "Yo no fui para eso", "quién lo iba a decir...", "está claro que no quieren morder la mano que les da de comer". Con el 29-S, tienen otra gran oportunidad de hacerse el sueco ante lo que tienen delante de los ojos, mojarse por una buena causa, y luego decir que les han engañado como a chinos.
Sí, es obvio que no van a sumarse a la huelga el 29-S, y (dado que el título de la entrada pretende ser irónico), me parece fenomenal. La cuestión es cuál es la razón de que unas excusas sirvan para sumarse a ciertos fregados, pero no a otros.
Y la razón tiene un nombre (aunque el nombre no nos guste): Sectarismo. Sectarismo guerracivilista, más concretamente.
Cuando el engaño, o la sospecha de engaño, o el asunto turbio, es manejado y coordinado por la derecha, toda disculpa es buena para no dejar de acudir, incluso sabiendo que se participa en una estafa. En cambio, cuando lo organiza la izquierda, no hay disculpa nebulosa ni buenismo que valga ante lo claro que se ve el asunto (que digo yo que los liberados sindicales tienen todo el derecho del mundo, como hijos de Dios que son, a ser evangelizados, y los votantes de izquierdas tienen también todo el derecho del mundo a que alguien se les acerque ese día y les aclare cómo la izquierda, en realidad, no protege ni ayuda lo más mínimo a la llamada "clase trabajadora").
Ese sectarismo es comprensible (que no es sinónimo de "justificable") en los que, al fin y al cabo, no hacen sino aplicar la ley del embudo (la de toda la vida), no pasando ni una al que consideran rival mientras se exhiben amplias tragaderas cuando de los miembros de la misma tribu (o sub-tribu, más bien) se trata.
Pero, en otros casos, todo esto pasa por empeñarse en ver la realidad política de España a través del prisma de la llamada por Pío XII "Undécima Cruzada" (y si a alguien le escuece tal denominación, caiga en la cuenta de cómo lleva décadas aplaudiendo con las orejas todo lo dicho y hecho por el Papa...porque lo dice y lo hace el Papa), y creer que las trincheras de entonces (como ya dije en un artículo cuya primera parte me he tenido que comer con patatas) siguen siendo las mismas de ahora.
Así que, una de dos: o metieron la gamba el año pasado (y el 7 de Marzo, y el 3 de Julio, y tantas otras veces) acudiendo a donde les llamaban, o la van a meter este año no haciendo huelga.
Y no sé por qué, pero me da que este año es cuando van a acertar. Y de pleno.
SOBRE HOY, 20-N.
Hace 2 días
3 comentarios:
Considera que si alguno te lee entero, y se para a pensar un rato, los vas a tener dando vueltas en circulos sin saber ni a donde van ni de donde vienen; al fiunal empiezo a ser consciente de que aquí es una banalidad todo, empezando por la consideracion de la gente hjacia si mismos.
Vanitas vanitatis et omnia vanitas...
O algo así.
De todas formas, no hace falta dar vueltas en círculos a nada: sólo examinar las razones (a muchos les bastó con una sola, otros necesitaron muchas, según el caso y la discrepancias)por las que se acudió el año pasado al 17-O y aplicarlas al 29-S, y ver que, si las aplicamos a la huelga, no hay más remedio que apoyarla.
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