Encontrarán miles de discursos y declaraciones de José María Aznar (y de muchos otros) que, siempre que pueden, nos recuerdan lo nocivo que es el intervencionismo estatal para la marcha de la economía (algo que se ha sabido - y se ha puesto en práctica, por otra parte- toda la vida, pero que los liberales, por alguna razón, se empeñan en querer convencernos de que lo descubrieron ellos - aunque rara vez lo pongan en práctica - hace un par de siglos).
Aquí tenemos, como muestra, un discurso de José María Aznar en el que critica (como siempre hace) el "socialismo intervencionista".
Bueno, pues resulta que el malvado "socialismo intervencionista" subvenciona a la fundación FAES, presidida por José María Aznar, con varios millones de euros cada año. A pesar de las ideas sobre el intervencionismo estatal que difunden los cerebros de dicha fundación, tales subvenciones, por lo que parece, no han sido rechazadas ni devueltas en ningún momento (ni este año ni los anteriores).
Porque resulta que el mismo José María Aznar que denuncia (con acierto) que el actual gobierno ha arruinado a las familias españolas y que la cosa está aún peor que en el 96 (triste verdad), no tiene inconveniente alguno en que ese mismo gobierno obligue a las arruinadas familias españolas de las que se erige en paladín, a financiar con su cada vez más escaso dinero la fundación que él preside (fundación desde la que, paradójicamente pero con toda la razón, se señala que el derroche de dinero público en subvenciones es una de las causas de la crisis económica en la que vivimos).
A más de uno deberían abrírsele los ojos ante noticias como ésta, en la que se puede comprobar cómo, los partidos políticos que se presentan ante la opinión pública como rivales (discutiendo siempre sobre detalles banales de aspectos accesorios de temas intrascendentes), se financian mutuamente (el uno al otro y viceversa) sus respectivos chiringuitos desde los puestos de gobierno que ocupan. Porque, si se toma como cierto que las subvenciones son la excusa para otorgar o devolver favores entre amigos y familiares, las conclusiones que se pueden extraer de esta noticia no pueden ser más evidentes.
Dudo que los mismos que pasean en procesión laica el icono de Miss Liberty, y que tan a gala tienen ser enemigos acérrimos del intervencionismo estatal, protesten ante la sede de FAES por este atentado a los dogmas de la sacrosanta escuela austríaca, igual que hicieron a la entrada de los premios del cine español. Un cine español cuyas subvenciones fueron duramente criticadas por la fundación FAES (quizás porque eran de mayor cuantía que las suyas).
Mientras tanto, Libertad Digital, cuya línea editorial respecto a las subvenciones estatales es bien conocida, y que tanto ha hecho por denunciar el nepotismo con el que se favorecía a amigos y arrimados del socialismo y del separatismo, no dice ni pío al respecto. Bueno, sí lo dice.
¿Cómo dice usted, don José María? ¡Ah, sí!. "El jefe de los pirómanos no puede ser el capitán de los bomberos". Pues eso.
SOBRE HOY, 20-N.
Hace 2 días
1 comentario:
Al final, ya sabemos, se trata de armar mucho escándalo no para conseguir ciertos loables objetivos, sino para que el gobierno me de más pasta. Lo genial, en este caso, es que el escándalo se monta para protestar porque dan pasta.
Yo quiero que se acaben todas las subvenciones, y de paso todos los impuestos, y que cada uno se gaste la pasta como le venga en gana. Y que el nivel más alto de gestión de los fondos comunes que se quieran reunir para hacer frente a ineludibles cuestiones que afectan a todos (calles, alumbrado, seguridad, etc...) sea el ayuntamiento, o la juntas de distrito en ciudades que tenga más de 25.000 habitantes. Y si hay que hacer llegar dinero a niveles más altos (mancomunidad, región, nación), que sea el ayuntamiento, es decir los vecinos, el que decida si lo manda o no lo manda. Ya ibas a ver tu los niveles de "transparencia".
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