viernes, 26 de febrero de 2010

Laiccionario

Si usted está pensando en aguantar este viernes (como todos los demás) a base de bocatas de atún enlatado o mediante otro menú similar en el que la carne no esté presente y le cuenta a un amigo el por qué, quizás su amigo le diga que usted es "ultracatólico".

Pues bien, eso quiere decir, ni más ni menos, que su amigo es "ultralaico". Y los ultralaicos, como buenos modernistas, tienen una jerga propia que es preciso que usted conozca para no caer en lamentables malentendidos que den al traste con una buena amistad que, a estas alturas, quizás dure ya décadas.

Así pues, se hace preciso definir claramente qué entiende un ultralaico por "católico" y "ultracatólico", para saber qué quiere decir su amigo con tan cariñoso, a la par que original, apelativo. Abramos el laiccionario por las páginas correspondientes a estos términos y leamos:

Católico: Dícese del aquél que, afirmando ser católico, ni cree en la doctrina de la Iglesia Católica (suponiendo que la conociese) ni cree necesario seguir las normas de la Iglesia conocida por tal nombre (suponiendo que siguiese alguna).

Ultracatólico: Dícese de aquél que, afirmando ser católico, no sólo cree en la doctrina de la Iglesia Católica sino que incluso la conoce en gran parte (si no toda) y sostiene, además, que es necesario seguir las normas dictadas por la Iglesia conocida por tal nombre.

Lo más llamativo del asunto es que aquéllos que caen dentro de la definición ultralaica de la palabra "católico", utilizan el término "ultracatólico" con el mismo significado que los ultralaicos. Lo cual nos lleva de nuevo a un artículo revelador en el que se nos recuerda que no hay peor cuña que la que afirma ser de la propia madera.

8 comentarios:

azahar dijo...

¡Ay! me ha hecho gracia esta apreciación, Museros. Es algo con lo que me encuentro habitualmente.

Como todo se ha liberalizado y desnortado, lo tradicional ha quedado en un extremo. Es verdad, el ayunar los viernes de Cuaresma es sinónimo de ultracatólica y dicen que la Iglesia ya es transigente con esta "costumbre", que hay que adaptarse a los tiempos, que ya no se lleva ¡y me lo dicen católicos! jejeje.

Así que me he quedado en un extremo del que muchos se han apartado. Pero en esto ¡y en todo!, parece ser.

Pues, a mucha honra, oye.

Gonzalo GY dijo...

Plas, plas, plas

(c) Embajador

Anónimo dijo...

Museros, permítame una corrección terminológica que considero relevante: la mayoría de los católicos somos laicos. Laico es aquél que no es religioso o presbítero.
Doy por hecho que usted conoce la diferencia pero, de un tiempo a esta parte, se hace un mal uso de la palabra "laico" que creo que hay que intentar corregir. A esos que llama usted ultralaicos yo más bien los llamaría ultrapaganos. Por lo demás, muy de acuerdo con todo.

Museros dijo...

Gracias, Gonzalo.

Azahar:

Resulta que, hasta 1960, éramos la Iglesia Ultracatólica y la gente sin enterarse. Menos mal que ahora somos la Iglesia Católica y ya está.

Anónimo:

Gracias por la precisión sobre el verdadero significado de la palabra "laico". Tienes toda la razón, y es bueno que lo hayas especificado, porque hasta muchos "ultracatólicos" utilizan esta palabra en el sentido "ultralaico" de la misma (¡vaya lío!).

Conrad López dijo...

En la categoría de ultracatólcos hay una subcategoría en extremo peligrosa: los católicos "demasiado coherentes".
Chúpate esa.

refractario dijo...

En general me parece sospechoso todo aquel que emplea lo de ultra-ALGO para desprestigiar. Es lo mismo que lo de "radicales", "extremistas", etc. Se intenta desprestigiar al que es coherente con las ideas que dice defender.

Creo que en un pasado, por contagio, llegué a utilizar alguno de estos términos. Afortunadamente rectifiqué.

Estoy leyendo las memorias de Blas Piñar por interés histórico. Una cosa que me ha llamado la atención es que en algunos periódicos del Régimen de Franco, a Blas Piñar se le llamaba ultra-TODO, o el "ultra más ultra de todos los ultras". Sorprende comprobar cómo en pleno franquismo todos esos clichés ya estaban instalados.

Anónimo dijo...

Lo que más abunda son quienes dicen: "Soy católico porque me bautizaron", "Soy católico porque voy a misa", "Soy católico porque me persigno ante los templos", y de ahí no pasan.

azahar dijo...

Pues, Museros, yo no he conocido la Iglesia de antes de 1.960. Sólo he conocido el postconcilio.

Sin embargo, doy gracias a Dios por haberme dado unos padres que han sabido transmitirme la Fe. Y por eso, puedo ver con claridad algunas contradicciones, algunos desmanes y más viviendo dónde vivo que es la sede de la apostasía.

Todo ello, en su conjunto, te otorga el deber de conservar y seguir con la linea tradicional, por muy ultra que me llamen. Es más, es que me da lo mismo.

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