
Pues soltar pasta. Mucha pasta. Que para eso sí que nos han venido muy bien siempre los malditos y odiados romanos.
PS: Para un progre, los romanos actuales son como los padres para un adolescente: no quieren saber nada de ellos, excepto cuando necesitan dinero.
PS2: La explicación al horrendo latín (más o menos como el inglés del cartel de la foto) del título de la entrada aquí.
1 comentario:
Pero más que a los romanos odiamos ... a los disidentes .
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