viernes, 6 de noviembre de 2009

Menos mal que nos queda...San Marino.

Lo dice Monseñor Negri, obispo de la diócesis de San Marino-Montefeltro:

"La sentencia de Estrasburgo es la consecuencia del exceso de irenismo y aperturismo en del mundo católico".

Y no sólo la sentencia de Estrasburgo, claro. La sentencia de Estrasburgo es algo así como el sopapo que ha frenado en seco y que ha abierto los ojos (así lo quiero creer) a muchos que piensan, hablan y actúan (una cosa lleva a la otra) como si la Iglesia Católica no hubiese dado (en 1900 años) una a derechas (no va con segundas) hasta el año (más o menos) en que los Beatles sacaron su primer disco.

No sé si me equivoco al afirmar esto, pero intuyo que, si Monseñor Negri habla tan claro, es también porque la obviedad que señala es advertida con la misma nitidez por otros muchos en puestos de responsabilidad iguales o similares al que él ocupa. Y, teniendo en cuenta la tendencia de casi toda la jerarquía eclesiástica en Europa, de callar ante casi todo lo habido y por haber, uno interpreta tanta claridad como una señal de que se, aunque sea tarde, finalmente parecen haberse encendido todas las alarmas.

A riesgo de ser repetitivo (porque el mecanismo del engaño generalizado ha sido el mismo, tanto en la religión, como en la política, como en todo lo demás) tampoco faltaron (como siempre) los que, allá por esos años en que los Beatles sacaban sus primeros discos, "profetas del desastre" que se negaron a ver, porque sí, todo de color de rosa cuando otros así lo exigían y avisaron de (y adivinaron) las consecuencias que, invariablemente, arrojan ciertas causas. Alguno se pasó de cabezón y acabó excomulgado, coincidiendo casi, casi, con la caída del muro de Berlín.

Una compañera mía del trabajo expresa lo dicho por Monseñor Negri de una forma mucho más escatológica:

"Cuanto más te agachas, más se te ve el culo".

De sabios es rectificar e incorporarse, y dejar de ponérselo tan fácil a los zerolos que por ahí pululan.

PS: San Pablo, todo un purista radical, en su carta a los Gálatas (capítulo 1, versículo 10): "¿Acaso busco yo la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿Piensan que quiero congraciarme con los hombres? Si quisiera quedar bien con los hombres, no sería servidor de Cristo".

PS2: Gálatas 1: 6-10. Está todo dicho y advertido, desde hace mucho.

5 comentarios:

Embajador dijo...

Curiosamente es esto uno de los aspectos en donde más de acuerdo estoy con el progresismo (extra)eclesial: la falta de profetas y profecías en la Iglesia.

Yo pensaba que los economistas éramos los únicos que recibíamos dos sueldos: uno por equivocarnos previendo el futuro y otro por explicar porque nos hemos equivocado. Según parece nuestros obispos han entendido la jugada y se han apuntado al carro.

O como decía el otro en el blog de Pacopepe, una cosa es ser obispo y proteger a las ovejas, y otra muy distinta es ser el gran Rodriguez de la Fuente explicando con todo lujo de detalles como y porque el lobo se come a las ovejas.

Al final todo se reduce a una cosa, o mejor dicho a dos, y más concretamente a la falta de ellas. Nosesimeexplico.

Museros dijo...

Embajador:

Me parece muy acertada la comparación entre los economistas y los obispos. Lo que ocurre es que (siguiendo la broma)los economistas se equivocan realizando predicciones erróneas, pero que creen acertadas y algunos (o muchos) obispos se equivocan callando ante lo que saben que se nos viene encima.

La comparación de Pacopepe también es muy gráfica: esto de avisar, una vez te ha corneado el toro, de lo peligroso que puede ser el toreo, también tiene su parte de "pecado por omisión".

No es buena señal, de todas formas, que una actitud como la de Negri (cuyas palabras llegan, además, cuando el daño ya está hecho) merezca tantos elogios. Debería ser lo rutinario y habitual entre los pastores.

Eso sí, no consigo descifrar el último párrafo de tu comentario.

Un saludo.

Pablo dijo...

Habla de las cosas que hay que tener por pares, como los guantes.

Museros dijo...

Gracias, Pablo.

De tanto hacer comparaciones y metáforas, acaba uno por no entender lo más obvio de todo.

Hasta me estaba preguntando si Embajador no se referiría a alguna de las virtudes teologales o algo así...

Pero se refería a la condición sine qua non para poder desarrollar toda virtud habida y por haber.

No sé por qué, pero en España siempre acabamos encontrando la misma explicación para casi todo.

Embajador dijo...

Estoy encantado de ser tan buen español.

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